Cuando regresé del Ayuntamiento donde fuimos marginados detrás de las vallas y vigilados por la policía se me ocurrió este poema que quiero compartir con vosotros.
LA LEVADURA
Los jóvenes de todas las tierras y razas
un día de mayo del último siglo
Despertaron de una larga hibernación
Desenterraron las flores de otros mayos
Se lanzaron a la conquista de calles y plazas
Juntaron ilusiones y olvidadas utopías
Y dieron al mundo una bella lección
“Somos la levadura que levanta la masa”
Hijos y nietos de otras frustradas utopías
Surgieron de las áridas tierras mancilladas
Por pobladores malditos sin conciencia
Y germinaron aquellas viejas semillas
Que con tanto amor sembraron otros jóvenes
En esas mismas calles, plazas y avenidas
Cuando ya todo lo conquistado parecía perdido
Inundaron de voces y cantos los campos baldíos
Levantaron y agitaron sus manos pacíficas
Enseñando al resto de seres adormecidos
Que hay otras formas de relaciones humanas
Mientras en las alturas siderales de las poltronas
Planean amenazadores los siniestros poderes
De las mas turbias y corrompidas conciencias
Jóvenes y menos viejos alzan sus voces
Sacuden los carcomidos cimientos
De una sociedad dominada por depredadores
Depositarios de las mas bajas pasiones humanas
Llevan estas jóvenes el futuro en sus venas
Dispuestas a crear para su descendencia
Una sociedad mas justa, más igualitaria
Limpia de sanguijuelas oportunistas
Son ellas y ellos mayores y menos viejos
La levadura que levanta la masa
Dedicado a todas las personas jóvenes y
“menos viejas” que han puesto la levadura
de la dignidad para una regeneración social.
Rafael Campillo, 11 de junio de 2.011