En la calle Perpiñán, de Barcelona, está situada la única guardería-parvulario del Barrio Besós. La Guardería Cascabel.
En 1974, acudían unos 400 niños y niñas desde 3 meses hasta 6 años.
A principios del curso 1973-1974 las fundadoras de la guardería, exalumnas del colegio del sagrado corazón habían comunicado al grupo de padres-madres, que ya no podían invertir más dinero en la guardería y que por tanto la cerrarían, al finalizar el curso
Se organizó de inmediato un patronato, en el que participaron, las propietarias, representantes de algunas entidades educativas del barrio que colaboraban con una campaña a nivel de Barcelona, denominada “Aprender es un Problema”, una representación del profesorado de la guardería-parvulario y unos delegados del Grupo Padres y Madres.
El patronato, realizó varias gestiones con el Ayuntamiento para que se hicieran cargo de la Escuela, sin obtener ningún resultado satisfactorio.
El profesorado de la Guardería y el Grupo de Padres y Madres, trabajaban conjuntamente para que la enseñanza de los alumnos fuese una enseñanza Activa. Se difundían las lecturas de los métodos educativos, Montessori, Freinet y Paulo Freire. Estos dos colectivos estaban muy unidos a nivel de pensamiento y de propuestas de acción. Entre ellos existía lo que hoy se llama “buen rollo”. Algunos de los padres-madres y profesoras formaban parte de grupos políticos clandestinos y colaboraron eficazmente, respetando y llevando a cabo las decisiones de la asamblea de padres-madres.
El día 27 de Junio tuvo lugar una gran asamblea a la que asistieron más de 200, entre padres, madres y profesorado.
Se tomó la decisión de encerrarse en la guardería, la mayor cantidad de padres y madres, hasta que se lograse:
La continuidad de la Escuela,
La gratuidad total de la enseñanza y de la alimentación, La calidad de la enseñanza Activa,
La continuidad del mismo profesorado,
La participación activa de los padres y madres,
Y que no hubieran represalias a la salida del encierro.
De este modo, al finalizar las clases del día 28 nos encerramos unos 150 padres, madres, con los hijos y la mayoría de las profesoras.
La gente del barrio que estaba muy sensibilizada con las carencias de la enseñanza, comenzó de forma espontánea a ayudar a los encerrados, llevando colchonetas, y comida.
La dedicación de los activistas de los grupos políticos fue un factor importante en el apoyo del encierro, desde la calle.
Los encerrados estábamos en Asamblea Permanente, de día y de noche, pues la repercusión mediática fue muy abundante y solidaria, y las noticias se sucedían continuamente.
Era la primera vez que se hacía un encierro en España de esta magnitud y de estas características, con el apoyo no sólo de numerosas vecinas y vecinos del barrio, sino con el apoyo de gente de otros barrios de Barcelona.
Nos organizamos en grupos de trabajo:
Limpieza, comedor, cocina, salas de dormir, cuidado de los niños, comunicación con los medios, contacto con los activistas de fuera, grupo de defensa en previsión de desalojo forzoso, y organización de las asambleas.
La Asamblea Permanente, exigió desde el primer momento negociar con el Alcalde de Barcelona que en aquellos momentos era Enrique Massó.
Al principio no nos hicieron caso, pero cuando vieron el alcance que había tomado el encierro y el movimiento de la opinión pública, a través de la prensa, radio e incluso TVE, se empezaron a preocupar y se iniciaron los contactos.
Las negociaciones se llevaron a cabo mediante una Comisión de padres, madres y profesorado que sólo pactaba lo que se había decidido en la Asamblea Permanente.
Cada día se renovaba la comisión, de esta forma, el Ayuntamiento cada vez hablaba con personas distintas que decían lo mismo.
Las conversaciones se hicieron con el jefe del Servicio de Cultura del Ayuntamiento Sr. Sicart, que estaba obsesionado en descubrir quien dirigía el encierro, y el último día, para el acto de la firma del acuerdo, con el Alcalde Massó.
Se dieron algunas situaciones de tensión, cuando la policía armada, entró para identificar a los encerrados, tratando de descubrir a los que dirigían las asambleas.
No identificaron a todos los encerrados, y tampoco descubrieron quienes habían dirigido las asambleas.
Una parte del recinto exterior de la guardería que limitaba con San Adrián de Besós, estaba rodeado por la guardia civil y la parte principal de la fachada que limitaba con Barcelona, por la policía armada.
( Los GRISES)
Durante los cinco días que duró el encierro, tuvimos el apoyo de mucha gente, que acudían a mostrar su solidaridad.
Cada tarde se concentraban más de 1000 personas, en la puerta principal.
El 2 de Julio, a la salida del encierro, acudieron más de 3.000 personas, la prensa, radio y TVE.
Tal como se firmó en el acuerdo, no hubo represalias, ni detenciones.
Lo único que no se pudo lograr, fue la continuidad de todo el profesorado. Sólo se quedaron las que tenían titulación de maestra. El resto de reivindicaciones se consiguieron todas.
Han pasado 37 años de aquella lucha.
Las vivencias de aquellos cinco días, han perdurado en la memoria de la gente que participó.
El sentirse juntos, el estar unidos, la relación continua, Tener los mismos intereses, También el mismo miedo.
El tomar las decisiones conjuntas en las asambleas,
y la generosidad que surge cuando se lucha de verdad, dejaron un recuerdo imborrable en todos y todas.
Muchos de ellos y ellas, nos volvimos a encontrar en las luchas del Barrio en 1977, con otro encierro de unos 200 vecinos y vecinas del Besós durante 16 días en el Patronato Municipal de la Vivienda y con la ocupación de varios bloques de viviendas, y en octubre de 1990, en una batalla de guerrillas, con barricadas, por la falta de equipamientos, contra la Generalitat y sus Mossos de Esquadra.
De todas estas experiencias, he sacado una conclusión, y es que, cuando se quiere conseguir algo, hay que luchar duro, al margen de gritos y papeletas.
* * *
Ferran
Buf! Qué subidón! Y me explico. Tengo 41 años y mis primeros recuerdos en ésta protesta. Mi madre me llevaba a la Guarderia donde trabajaba. Gracias por narrar unos hechos que viví con tres añicos y pintando paredes contra el cierre de mi primer cole.
Caramba Ferrand. Que nerviosa me he puesto al recordar ese primer día.
Recuerdo perfectamente. Yo iba a buscar mis dos hijas, me encontré con un Sr. me preguntó si sabía donde estaba dicha guardería.
Le pregunté si tenía alli algun nieto, y me respondio que venia departe del ayuntamiento a buscar las llaves. Me lo pusieron facil. Le dije que me siguiera. Cuando llegamos les presente a todos y les dije a lo que venia este hombre. Alli se lio la Marimorena.
Es inposible olvidar la gente que nos traia alimentos, la anciana que nos traia un trozo de tocino de su pueblo, el día que Ferrand, puso el cartel diciendo que no trajeran huevos, que nos sobraban y la poli nos quería comer. ¡como olvidar la persecución de Billy el Niño!
Son tantas vivencias y tan fuertes todas que es imposible olvidar.