Conciudadanos,
El día de ayer fue una mezcla de rabia, tristeza, asombro ante la voluntad de las personas y por su capacidad de unirse ante lo que consideran injusto y doloroso. Consideramos necesario escribiros directamente, en una carta abierta de la que cualquiera que lo desee pueda hacerse eco.
Vosotros y vosotras, que en estos momentos estáis enfrente de la población, al otro lado, sois también ciudadanos y ciudadanas. Vivís en la misma sociedad que la población a la que os enfrentáis. Las personas que ayer estaban en las puertas de Les Corts, jóvenes y mayores, estaban allí porque desean vivir en una sociedad en la que los políticos sean gestores eficaces, que defiendan los intereses de la población, que hagan bien su trabajo, por el que les pagamos, que sean honestos, coherentes, que asuman su responsabilidad, que les traten como adultos y no les mientan. Parece imposible encontrar esto en las personas que nos gobiernan, y por tanto que deciden aspectos fundamentales de nuestras vidas. Y también de las vuestras. Hoy por hoy, la clase política mayoritaria -y no hablamos sólo del PP, también del PSOE- no trabaja al servicio del pueblo, sino al de quienes les mandan, quienes deciden nuestro futuro, a algunos a quienes ni siquiera ponemos cara porque se escapan de nuestra comprensión.
El marco de nuestra vida, y de la vuestra, se decide en mesas de negociación que poco tienen que ver con la miseria cotidiana que vemos en la televisión, con las broncas infantiles y barriobajeras que podemos ver en el Congreso de los Diputados o en el Parlament.
El pueblo está exigiendo una auténtica democracia, en la que todas las voces puedan ser escuchadas, en las que unos pocos tengan más difícil hacer el negocio a costa de la mayoría. Esta crisis tiene unos culpables muy claros, a los que los gobiernos que tenemos dan apoyo. Estos culpables no sólo no están sufriendo sus consecuencias sino que están siendo recompensados, y se nos pide que paguemos sus deudas a costa de empeorar nuestras condiciones de vida.
Tenéis un trabajo noble: proteger al pueblo y evitar la comisión de delitos. Y los delitos más graves que se están cometiendo contra el pueblo están muy lejos de vuestro alcance. Sois tan víctimas de este sistema como la población a la que os enfrentáis. Tenéis un trabajo: eso es más de lo que pueden decir 5 millones de personas. Quizás tengáis hijas o hijos. Desearéis que tengan una vida digna, que puedan llegar a algo en esta vida, que tengan un lugar en el que crecer como personas, no que sean peones que sacrificar en el tablero de juego de los banqueros.
Se ha dicho que habéis actuado ante provocaciones. ¿Qué es una provocación? ¿Qué grado de indignación ha de superar una persona para merecer ser golpeada brutalmente? ¿Qué actitud se debe esperar de alguien que no tiene nada que perder en esta vida: trabajo, casa, presente, posibilidad de tener familia, futuro?
Hacemos un llamamiento a vuestra colaboración. Hasta ahora, ante esta lucha, la actitud había sido ejemplar. La población está haciendo un gran esfuerzo por mantener una actitud pacífica, porque es ésta la revolución que queremos y la que nos da la verdadera fuerza. Igual que procuramos contener a quienes dejan salir su rabia, os pedimos que hagáis lo mismo con vuestros compañeros que desatan su odio contra personas que no tienen más arma que su voluntad.
El 15M somos todas y todos los que creemos que una vida así no es vida y hemos decidido no seguir aceptando normas que no defienden nuestra vida en común sino los intereses de unos pocos, no seguir respetando autoridades autoproclamadas que no gozan de autoridad moral. Esta revolución no es sencilla ni rápida, y hemos de sumar a mucha gente que aún no sabe que sus enemigos no son quienes votan a otro partido, son de otro equipo de fútbol o hablan en otra lengua. Os invitamos a ser 15M también, porque el cambio será de todos o no será.
Democràcia Real Ja València
19 de Febrero de 2012