A todos nos preocupa y nos afecta la crisis de formas muy distintas, pero a todos nos pone grilletes. Cuando hablo de todos me refiero a nosotros, ese ciudadano medio de a pie que trata de ganarse la vida honradamente, que pasea por la ciudad de la mano de su pareja esbozando una sonrisa bajo un cálido Sol de verano, que sueña toda su vida con llegar a ser alguien sin saber que ya lo es.
No suelo hablar mucho en eventos importantes, he llegado con los años a la conclusión de que se aprende más y mejor escuchando que hablando sin tener las ideas claras. Todos comentamos sobre un cambio social, sobre el final de la especulación, del reparto de la riqueza, de poder ejercer los plenos derechos de una democracia y mil justicias más ¡democracia real!, gritamos. Democracia directa es la expresión que necesitamos, pero no pretendo abordar ese debate, este discurso aboga por lo personal, por el examen de cualquiera de nuestros actos, de ser consecuentes con lo que decimos y hacer hincapié en el significado de la palabra cambio, tan presente y necesaria en estos días.
Pedimos un salario digno, posibilidades de empleo, créditos para una casa, estudios y sanidad decentes al alcance de todos, reclamamos lo que es nuestro, pero no he escuchado a nadie hablar de libertad.
Debato con mi hermana, con mi madre, con mi padre, mis amigos…Todos me contestan que esto va a seguir así, que no podemos hacer nada, que solo iremos a peor, contrasto datos y es totalmente cierto. Tengo 23 años y siento que me quitan el poco futuro que me queda cada día que esto permanece igual, me duele estar alquilado, pagar el piso con el dinero de papá y no tener para llenar la nevera, no poder aliviarles la carga que les estoy suponiendo, no corresponder a unas personas que tanto dan por mí, y todo por culpa de unos papeles de colores con números.
Los de arriba han acabado inventando un sistema de fraudes para obtener una recompensa superficial, a base de expropiar derechos a otras personas que considera inferiores no sé bien por qué, y todos lo hemos permitido. Pero esto debe acabar, hacemos fuerza contra el pie cuando nos pisa, pero por fin empleamos la energía para lo que debemos. No dejemos ,por favor, que este espíritu se esfume, hay que empujar al opresor. Rosa Parks se negó a ceder su asiento en el bus a una persona de color blanco en 1955 y 8 años más tardes, Martin Luther King fue premio Nobel de la paz impulsado por aquella acción.
Somos mayoría, somos la fuerza, y estamos pidiendo un cambio. Para algunos esto es poder volver a la vida que vemos normal; no tener miedo de usar el coche y seguir comprando petróleo, consumir huevos de gallinas torturadas, vestir con marcas cuyas fábricas practican la violación de los derechos humanos contra el trabajador que los enriquece…que nos dejen con nuestras cosas tranquilos, no pensar sobre ello y guardarles el secreto (evidentemente no para todos). Una revolución despierta las mentes y crea conciencia, pero la fuerza sin canalizar es esfuerzo desaprovechado. Yo no sé qué debemos hacer, no tengo la preparación necesaria para decirles como deben ser las cosas ni que camino han de tomar, pero he vivido lo bastante para comprender como NO deberían ser, porque las vidas de cada uno de los que estamos aquí tiene un valor que ni se compra ni se vende.
No es una crisis, es una estafa, lo sabemos, cabalgamos en cólera por ello, por tal motivo EXIGIMOS una alternativa, local, regional, global, mundial… así como una dura penalización a los responsables de ser irresponsables, pero el sistema actual que seguimos los avala y respalda porque ha sido creado para precisamente eso: para DEFRAUDAR Y SAQUEAR impunemente. Capitalizar el mundo es otra forma de instaurar la servidumbre, (dación de pagos, trabajos precarios, cobro de energías naturales ilimitadas como el aire, la electricidad o el agua…) cuando lo cierto es que hay otras sociedades posibles desde los años 70.
Sé realista, pide lo imposible, pero cuando predicas con el ejemplo te miran como a un loco. No estoy aquí con ustedes pa’ sentirme bien cuando llegue a casa, para contarle a quien pueda creerme que soy el más progre o para ganarme un aplauso, no tengo la clave para vivir en mi mano, si la tuviera ahora mismo estaría ganando 5 mil euros mensuales en vez de frustrarme por pensar en el verdadero sentido de mi vida aquí y ahora. CAMBIO ES CAMBIO, nada arreglamos reiniciando un planteamiento que nos llevará al mismo punto en un futuro próximo, e incluso peor, porque la velocidad a la que destruimos es superior a la que creamos. Me niego a traer descendencia para que sea mercancía comprando al Mercadona, ayudando a derribar más árboles, a subir las temperaturas cada año, a derretir los polos o engordar el bolsillo de un individuo que lo ningunea, el gobierno nos está diciendo que la plebe ya no es cosa suya, pero el gobierno SÍ es cosa nuestra.
Pedimos mandar sobre nuestras vidas, ser dueños de nuestro camino, se puede reescribir como tantas otras veces se ha hecho la historia de la humanidad y se empieza por uno mismo, por creer, por luchar, por defender, por informarse, por escuchar, por hablar, POR ACTUAR. Individualismo colectivo es lo que pido supongo. No somos el centro del mundo, ni siquiera soy de Alicante, pero salgo de Canarias y encuentro los mismos problemas aquí. Somos hermanos, y tu lucha es mi lucha. Sé que pensar en otra sociedad no son locuras, lo siento dentro de mí ardiendo con intensidad cada día, de verdad, quiero hacer algo, porque sé que puedo, igual que podemos todos, pero unidos por una causa clara, sólo pedimos ser personas y sentirnos bien por ello, no hablo de reflexionar bajo la sombra de un ciprés mientras las horas pasan, pero no creo que sea injusto poder hacerlo de vez en cuando. Eso es lo que pretendo cuando salgo a la calle con todos ustedes, cuando le grito a estos manipuladores es para que me oigan, y que nos escuchen bien, porque ESTAMOS CANSADOS DE ESTA SITUACIÓN. LUCHAREMOS por ser libres, no por una esclavitud digna, cuando un modo de hacer las cosas falla, se debe pasar a otro, CAMBIO ES CAMBIO.
Podemos debatir en esta plaza todo el tiempo que queramos, podemos quedarnos aquí hasta las cuatro de la mañana o hasta la semana que viene esperando a que algo suceda o alguien nos diga qué hacer, nada hacemos yendo a medias. Los movimientos de esta índole aparecen y desaparecen porque no se solidifican, la gente acude a una manifestación una sola vez porque proponer sin actuar sirve para dejar morir nuestros principios. Debemos movilizarnos y plantar cara, no escondernos en una esquina para discutir posibles soluciones, que también, pero luego hay que hacerlas reales.
Este sistema nos ha traicionado, no señor Zapatero, no señor Rajoy, no, señores antecesores, predecesores y de más secuaces, la realidad no está en los restaurantes caros, ni en las oficinas ni en los trajes de Felipe Varela, está en la calle, donde, por cierto, jamás me los he cruzado. No queremos seguir formando parte de una estructura que nos sodomiza con dos falos en vez de con tres y encima nos quiere obligar a darle las gracias. Esta estructura social tiene los cimientos infectados hasta las vigas con un germen, y nosotros debemos expandir la cura, por nuestros padres, primos, sobrinos, hermanos, hijos, por el presente, por el futuro, por el pasado… debemos construir otro mundo.
Reitero mi total desconocimiento sobre las posibles soluciones, solo poseo conjeturas, pero si estamos aquí es porque sabemos que hay algo más allá del muro a donde nos hacen mirar, creemos en nuestra verdad, no en su mentira impuesta, por ello debemos luchar y pasar a la acción, las palabras solo son palabras, y TODOS tenemos el deber moral de cambiarlas por hechos, porque, amigos y amigas, CAMBIO ES CAMBIO.
“Por ti y por mí; porque el mundo es nuestro”
CAMBIO REAL ¡YA!
Cambiar.
1. Dejar una cosa o situación para tomar otra.
Juan Carlos