Cada mañana veo amanecer
Solo en ocasiones me lo impiden
las nubes o nubarrones insolentes
que juguetones empañan el horizonte
Siempre la salida del sol es diferente
y mi capacidad de asombro no merma un ápice
Siguen después la ondas emitiendo asombros
el espectáculo chocarrero de cada día
siempre con nocturnidad y alevosía
Se ordena, se legisla, se cambian leyes
no hay código civil ni militar que se os resista
hasta la sagrada y sacrosanta constitución
la tenéis dócilmente amaestrada
nos amanecéis asombrados cada día
Obedecéis órdenes sin la mínima queja
y machacáis cada minuto un poco o un mucho
al pueblo que confió en vosotros
según dicten vuestros amos
Os aliáis con el mismísimo diablo
para condenar a la escasez y al hambre
a otras gentes durante generaciones
Os marcharéis sin halagos ni laureles
Con el rabo entre las piernas
y la vergüenza de la historia
que la habéis escrito con promesas incumplidas
Ni un agradecimiento, ni un gesto, ni una sonrisa
¡No os habéis ganado ni el agua!
Rafael Campillo